"Bases culturales y políticas para consolidar alteridad y convivencia activa en la globalización y transmodernidad del siglo XXI" VIII Congreso Latinoamericano de Ciencia y Religión Bs As, 20 a 22 de oct. 2014
Abordar en el siglo XXI la
prospectiva de un paradigma de convivencia que posibilite en libertad, igualdad
y reciprocidad la diferencia y diversidad humana, implica reflexionar desde una
perspectiva antropológica integral. Retomar el valor de la categoría de
alteridad: “ser con los otros”, como condición necesaria para ser parte de una humanidad que asume sus contradicciones y
conflictos en lo local, regional y global.
Superando explotación,
dominación, opresión y sumisión, a partir de una dinámica activa del
reconocimiento de la reciprocidad de derechos para el desarrollo de cada uno y
de toda/os las personas y pueblos.
La relación de razón y religión en una sociedad «postsecular» en Habermas o
«global» en Ratzinger, hoy en el rol y discurso de Francisco, como parte del
debate modernidad-posmodernidad-transmodernidad, supone la complejización de la
razón moderna en sus confluencias y contradicciones abiertas en el siglo XXI. Ambos pueden ser referentes fundamentales de la secularidad en el
relativismo cultural, la posmodernidad y modernidad incompleta confluyendo en la
no sacralización del Estado y la política para el valor de los Derechos
Humanos.
El
centro del intercambio, expresión de razón y fe, está en el reconocimiento que
el Estado liberal encuentra dos raíces en las bases morales que lo posibilitan.
En tal sentido la secularidad moderna tiene como fundamentos no solo la
racionalidad de la modernidad, sino también el aporte del sentido religioso del
judeocristianismo y en algunos contextos el islam. Dimensión de substrato
pre-político de los valores democráticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario